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COMO DESCARBONIZAR LAS CIUDADES

En un momento en el que se cuestiona la densidad urbana por contribuir en la propagación de virus como la Covid-19, como bien dijo recientemente Carlos Ratti, director del Senseable City Lab del MIT, no habrá una inversión de la tendencia hacia un mundo más urbano, sino más bien cambios en las grandes urbes – «Seguiremos queriendo vivir cada vez más en las ciudades”.

Es por ello que la adaptación de las ciudades para conseguir un crecimiento sostenible sea uno de los grandes retos de este siglo.

Las ciudades consumen el 67% de la energía mundial, el 75% de los recursos naturales, producen el 70% del total del CO2 y el 70% del total de residuos.

Estamos por tanto creciendo por encima de nuestras posibilidades y edificios, vehículos, energía, transporte, infraestructura del agua o las comunicaciones se encuentran lejos de lo que deberían formar parte: ciudades sostenibles y eficientes.

Esto implica que las estrategias de descarbonización de las ciudades debieran ser una de las máximas prioridades para los representantes públicos. Pero y por dónde empezar?

Casi siempre se señala a la energía como el principal vector para conseguirlo, por medio de la eliminación de los combustibles fósiles y la mejora de la eficiencia energética.

Pero desde nuestra visión de urbanistas, se obvia muchas veces el propio diseño urbano de las ciudades, siendo este el factor más importante.

Muchas ciudades han pecado de una expansión desmedida con muy bajas densidades, que provoca que se hayan trasladado centros de trabajo a la periferia (como Polígonos Industriales o Parques Tecnológicos), el ocio y consumo se haya desviado a Grandes Centros Comerciales en los extrarradios, provocando la necesidad de movilidad para los quehaceres del día a día.

Es por ello necesario antes de todo, repensar y rediseñar nuestras ciudades, apostando por modelos densos o de ciudad de proximidad – creando distritos o barrios con usos mixtos, donde poder vivir, trabajar o estudiar y realizar las compras básicas en una zona de corta distancia, evitando de ese modo la necesidad de movilidad.

Porque es precisamente el transporte uno de los vectores que más contribuye a la emisión de GEIS (entre el 30-35%).

Y la apuesta por la electrificación que tanto se nos está vendiendo, no va a ser la panacea. El objetivo principal debe ser mitigar la dependencia y uso del vehículo particular, que tan solo presenta una ocupación media de 1,23 usuarios por vehículo, permaneciendo estacionado entre el 92 y 97% de toda su vida útil; es decir un modelo totalmente ineficiente.

De ahí que una de las apuestas claras deba ser redimensionar el transporte público y desincentivar el uso del vehículo privado aplicando restricciones para su uso en entornos urbanos. Combinándolo con los denominados servicios de movilidad a demanda y los nuevos sistemas de micromovilidad, que en su conjunto pueden ofrecer alternativas al vehículo particular.

Los ciudadanos debemos entender que todos tenemos nuestro grado de responsabilidad y nuestros usos y costumbres deben también cambiar en pro de un beneficio común. En este punto, destacaría la “incomodidad” que supone para muchas personas prescindir de su vehículo o el modelo de consumo insostenible que está propiciando el imparable aumento de vehículos repartiendo a domicilio pequeños paquetes continuamente.

Y para finalizar destacaría tres estrategias muy importantes a potenciar:

  • Considerar a la ciudad como una “planta generadora de energía”, gracias a todos sus edificios e infraestructuras, ahora mismo infrautilizados, apostando por su rehabilitación.
  • La necesidad de renaturalizar los espacios urbanos, artificializados en gran parte.
  • Apostar por modelos de Economía Circular, con objeto de erradicar modelos de consumo y producción basados en el “usar y tirar”, que generan cantidades ingentes de residuos de productos de un solo uso.

Xabier Arruza es coordinador y miembro del Consejo Asesor de la Asociación Bilbao Urban & Cities Design, un Think Tank de profesionales en diferentes áreas, que apuestan por modelos de ciudades más sostenibles e inclusivas, así como por nuevos modelos de crecimiento y participación.

Así mismo cuenta con una plataforma de soluciones urbanas innovadoras formada por distintas empresas y entidades, con el objetivo de Reimaginar, Repensar y Rediseñar Ciudades y sus Áreas Metropolitanas desde un punto de vista urbanístico, sostenible, económico, cultural y social.

Un espacio de colaboración y cooperación público privada en busca de configurar ciudades a una escala más humana.

 

 

Xabier Arruza

    1 febrero, 2021