Según el Convenio Europeo del Paisaje (Florencia, 2000) se entiende por “paisaje” cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos. El ser humano ha desarrollado a lo largo de la historia una poderosa capacidad de transformación del territorio que se aceleró a partir de la revolución industrial hasta nuestros días. Tenemos como resultado paisajes de diferentes tipologías y estados de conservación y un medioambiente con graves problemáticas cada vez más amenazados por la actividad humana y los procesos que alimentan un cambio climático incipiente.
Desde que la ONU introdujera en 1987 el objetivo de armonizar economía, medioambiente y sociedad para lograr un desarrollo sostenible, se han elaborado infinidad de teorías, conceptos y estrategias para hacerlo realidad. Actualmente, lejos todavía de lograrlo y con urgencias crecientes, las Agendas de los estados integran cada vez más acciones encaminadas a la consolidación de un desarrollo sostenible, apoyándose en amplias redes de experiencia y numerosos programas de financiación que lo promueven. Paralelamente, surgen movimientos sociales, artísticos y académicos que reclaman el cambio.
Es en nuestros paisajes donde se reflejan las consecuencias de las actividades económicas y de nuestra actitud como sociedad, de nuestra cultura. El paisajista y el paisajismo como disciplina, se postulan como actores versátiles capaces de leer y conjugar las diferentes capas que componen la realidad de nuestros paisajes y proponer propuestas adaptadas a las problemáticas actuales.
Tradicionalmente, el ámbito de trabajo del paisajista ha estado estrechamente ligado al diseño de jardines y espacios verdes urbanos, así como al planeamiento territorial de infraestructuras y las diversas tipologías de crecimiento urbano y rural.
Los modelos tradicionales de jardinería y diseño de paisaje, han ido incorporando gradualmente conceptos y estrategias ecológicas que contribuyen a reducir necesidades de mantenimiento y generar modelos más sostenibles: utilización de especies autóctonas, vegetación de baja demanda hídrica, integración de biodiversidad y lucha biológica para la eliminación de tratamientos en el control de plagas, integración de sistemas de fitodepuración de agua y fitorremediación de suelos, técnicas de bioingeniería, Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible (SUDS) etc.
En la ciudad consolidada y su periferia confluyen gran parte de los desequilibrios medioambientales y sociales, y es en ellas donde se focalizan gran parte de las intervenciones que pretenden contribuir a mejorar las dinámicas actuales. Nuevas técnicas y materiales surgen con el objetivo de favorecer que flujos de agua, materia y energía circulen y se optimicen en un medio capaz de alojar mayor biodiversidad, al tiempo que integran sistemas de movilidad y usos para satisfacer las necesidades socioeconómicas, lúdicas y culturales de la ciudadanía. Se potencia al mismo tiempo a escala territorial la conectividad entre espacios mediante la consolidación de sistemas de infraestructura verde.
En este contexto, las ciudades y la sociedad están en transformación constante y con ellas el paisaje urbano resultante. Este complejo proceso de transformación urbana precisa de una mirada y trabajo multidisciplinar con el que alcanzar soluciones integrales y reales que cumplan esos objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de una manera integrada en el paisaje e identidad urbana propios de cada ciudad.
Autor del texto: Mikel García de Eulate
En el marco del paisajismo y la sostenibilidad. nace de la mano de IED Kunsthal Bilbao el primer Master de Euskadi en Paisajismo Sostenible, cuyo objetivo principal es el diseño de ciudades sostenibles y la integración de sistemas naturales en entornos urbanos.
Para mayor información puedes consultar su página web o bien si lo prefieres llamar al 946 651 000.